Hola a tod@s,
Lo que mas me gusta de las manualidades, en general, es lo que me hacen sentir. Por un lado me relajan y me distraen y por otro me hacen sentir útil.Tener una idea, planificarla y desarrollarla me hace sentir viva.
Cuando realizo una manualidad que ya he hecho antes me siento cómoda, relajada y la disfruto mucho. Sin embargo son los nuevos retos, las cosas que jamás he hecho las que disparan mi adrenalina. Pues necesitan de todo mi ingenio para llevarlas acabo y son estas las que una vez finalizadas me llenan de orgullo.
Hoy quiero mostraros uno de mis retos. Las fundas nórdicas para las camas de los niños.
Las comencé hace un par de años. Pero entonces no estaba preparada para terminarlas. He de reconocer que me frustré y las aparqué. Acababa de comprarme la máquina y no sabía coser. Así que tras muchos intentos doblé los trozos y lo guardé.
Hace un mes retomé la tarea y hoy son un hecho.
Lo más difícil fue sacar de la tela de un saco de dormir una combinación para dos fundas nórdicas exactamente iguales. Aunque para eso busque ayuda. Pero lo que me llevó a guardarlas en el cajón fue el pespunte doble. Debido a mi inexperiencia los pespuntes mas que dobles eran cruzados y pasaba mas tiempo descosiendo que cosiendo. Por lo que en un arrebato de mosqueo las guardé. Las hubiese tirado en ese momento. No lo hice porque eso supondría rendirme, dar por perdida la batalla que hoy he ganado.
Aquí os dejo un par de fotos para que las veáis.
Hasta la próxima.
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