¿Quién no ha jugado alguna vez a la gallinita ciega?
Yo he jugado en muchísimas ocasiones. Y ahora juegan los mas pequeños. Resulta un juego tan divertido que cada vez que nos reunimos me piden jugar.
Cansada de atar pañuelos decidí hacer un antifaz. Con un trozo de tela negra, un elástico, hilo, unas tijeras y, por supuesto, mi queridísima máquina de coser.
Recorté el antifaz a medida de los pequeños y le puse doble tela para que no se viesen nada.
En la última fiesta fue todo un éxito.
Espero que os guste y escribáis muchos comentarios.
Hasta pronto.